viernes, 23 de marzo de 2007

EDITORIAL

Bush ¡GO HOME!.
Las informaciones que recibimos a diario de las agencias noticiosas, por lo general no relatan el drama que viven los habitantes de Irak desde la invasión de los norteamericanos. Los Estados Unidos, país que se dedica a certificar a las naciones que violan o no los derechos humanos según su criterio, arremete contra la vida y la dignidad del pueblo Iraquí. La excusa para invadir a Irak nunca fue sustentada en hechos comprobados; con la complicidad de algunas naciones y obviando la posición de países miembros de las Naciones Unidas, Bush ordenó el desplazamiento de tropas al Medio Oriente tras la “búsqueda de las armas químicas” que amenazaban la paz del mundo.

No se necesita ser adivino ni clarividente para conocer las verdaderas intenciones que están detrás de la guerra; Irak como productor de petróleo representa una fuente de energía muy apetecida por los EE.UU. Como sabemos es el mayor consumidor de hidrocarburos y por lo tanto, se ve obligado a buscar quien le suministre a muy bajos costos el preciado aceite mineral. Indudablemente, la nación del norte no escatima esfuerzos para lograr sus objetivos. No importa si llevan la destrucción y la muerte a otros ámbitos; si sus acciones provocan el desplazamiento de la población o una gran ola de refugiados; si en sus constantes bombardeos acaban con escuelas u hospitales; si los niños son sus víctimas. Para ellos es esencial imponer su ley y así adueñarse de los recursos minerales de otros países.

La crisis humanitaria originada por los EE.UU. en el Medio Oriente va más allá de los simples “daños colaterales”.

Con seguridad podemos afirmar que la invasión aumentó la tensión entre sunitas y chiítas; provocó el resurgimiento de diferencias religiosas; y por supuesto, la muerte de miles de civiles.

Según las cifras entregadas por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados 2 millones de personas abandonaron el país en busca de hogar y 1,7 millones migraron internamente.

No nos extraña el anuncio que hace poco hizo la Casa Blanca de aumentar el número de efectivos en Irak. Esta decisión demuestra que a pesar del poderío militar desplegado nunca han podido someter del todo a los iraquíes y que a la larga la resistencia del pueblo derrotará al invasor. Detrás de la guerra se mueven los intereses foráneos de un imperio; el mundo debe condenar estas acciones pues en cualquier momento pueden buscar excusas para agredir sin contemplación a cualquier otra nación. Bush ¡GO HOME!, no te metas con América Latina.

No hay comentarios: