martes, 27 de marzo de 2007

100 días

Alberto Campos

Se cumplieron ya los primeros 100 días del gobierno del presidente Felipe Calderón y para muchos todavía no está claro cuál es su modus operandi. Es evidente, el segundo gobernante panista de la historia sigue en la construcción de su imagen, sin embargo, a lo largo de estos tres meses y medio ha demostrado ya algunos rasgos de su operación política. Por ejemplo, el Presidente mexicano fue especialmente cuidadoso en romper con su antecesor en el manejo de las expectativas de su primer encuentro como mandatario en funciones con el Presidente estadounidense, George W. Bush. Contrario al estilo de Vicente Fox, la administración de Calderón se encargó de difundir por voz propia o a través de terceros, que de la reunión de Mérida había que esperar nada o muy poco. Incluso, en diversos espacios se reflejó una dura crítica al visitante, contexto al que contribuyó el propio Presidente al declarar días antes del encuentro que los Estados Unidos debían ir más allá de los dichos para pasar a los hechos en materia de combate al narcotráfico.
Esa dura afirmación debe entenderse como parte de una estrategia de comunicación, cuyo destinatario no era el público extranjero -incluido el gobierno norteamericano- sino la audiencia nacional. Conocedor de que la debilidad de su interlocutor le impide establecer compromisos en temas concretos como la migración, Calderón planteó la ocasión como una oportunidad para reivindicar el discurso de la soberanía nacional que según diversas encuestas suele dar buenos dividendos. Además, el Presidente mexicano hizo de esa coyuntura una ocasión para mandar otro mensaje al reunirse horas antes de la cumbre con su antecesor, el ex presidente Vicente Fox. La comida de dos horas difundida de forma amplia por la propia presidencia, fue un misil dirigido a quienes hablan de una rivalidad entre Fox y su sucesor. La lucha entre grupos políticos al interior del PAN es real, está a la vista. Sin embargo, no pasa por la cabeza del Presidente del cambio, sino por varios de sus ex colaboradores, entre ellos el presidente de Acción Nacional, Manuel Espino. Pero aquellos que ven en el corto plazo un duro golpe al foxismo, quizá deban esperar sentados.
La definición es congruente con un estilo en el que se han evitado los conflictos en la medida de lo posible, bajo la premisa de que ese tono será la vía para construir los acuerdos que el gobierno busca. Si esta estrategia resulta acertada o no, sólo se verá hasta que concluya este año y se pueda hablar de reformas y leyes aprobadas. Por lo pronto, el buen clima existe. Pero no todos son aciertos. En estos meses el gobierno ha mostrado también una debilidad común a toda la clase política: la vocación para improvisar. Presionado por el cumplimiento de los 100 días, el gobierno federal se dio vuelo anunciando una serie de políticas y programas que en la práctica están lejos de ser aplicados. La ausencia de técnicos es evidente, especialmente en el área social en donde la tentación de anunciar medidas populistas es grande y la resistencia de los gobernantes muy pobre. Defecto que se extiende a otros campos como el diplomático. Si bien el manejo político de la visita de George W. Bush resultó acertado, en términos de organización fue desastroso. Sin una agenda clara, quienes cubrieron la cumbre de Mérida padecieron los efectos de una mala política de comunicación.
Hasta ahora, el gobierno de Felipe Calderón ha mostrado un mano firme en el ejercicio del poder, reflejada en lo centralizada que opera su administración; en una jerarquización clara de sus acciones -se comparta o no- , y en un estilo de gobierno más cercano a los gobiernos priístas. Accionar que puede ser conveniente si da resultados, o un viaje al pasado si sólo se queda en las formas y no arroja beneficios concretos. Por lo pronto, en el primer corte de caja, la administración federal sale con saldo a favor. *Maestro en gestión de la comunicación política y electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Analista político en la revista Etcétera, el diario Excelsior, en Reporte 98.5 y en Informativo 40 primera edición.

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